El apartamento era tan pequeño que cada vez que la hijastra de Antonio se agachaba, terminaba frotando su trasero contra él.
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La madrastra de Ana se veía tan sexy con ese vestido ajustado que no pudo resistirse a seducirla.
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La madrastra de Juan tenía un cuerpo espectacular y él no podía resistirse a sus encantos cada vez que la veía.
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